domingo, 8 de febrero de 2009

Un día nos fuimos para el norte

DELITO Y MEDIO + XIKINKEI + NO KOMPLY
19 de Abril - Balmaseda

Delito y Medio sólo había tocado una vez en Euskadi, y ya tocaba repetir. La primera fue en Donosti con The Locos. Esta vez fuimos a Balmaseda, un precioso pueblo de Bizcaia, a no muchos kilómetros de Bilbo.

Disfrutamos de un bonito día lluvioso... hasta el punto de llegar a odiar la lluvia. Todo el santo camino estuvo lloviendo, salvo cuando nos acercábamos a nuestro destino, que nos dio un respiro. El grupo atravesaba un momento complicado economicamente hablando, así que no hubo lujosos restaurantes, ni se pudo parar en un spá de camino. Esta vez, ni siquiera paramos en el puticlub Lola's. Tuvimos que conformarnos con parar a medio camino en un aparcamiento de un restaurante y comernos la tortillita que nos había preparado mamá.



Después de unas cuantas horas de viaje, llegamos a nuestro destino. Nos encantó el pueblo, es espectacular, y la lluvia era la típica finita del norte, pero nos dio cuartelillo.

Enseguida nos encontramos con Asier, el que nos consiguió el bolo. Nos llevó a la taberna de Enrique, que era la gente que organizaba todo. El festival se había cancelado en una gran parte, por la lluvia, aunque se insistía en hacer los conciertos al aire libre. La otra opción era en la taberna, lo cuál fue lo que hicimos tras observar el sitio donde se tenía que celebrar en la calle. No había nada, ni focos, ni equipo de P.A. ni escenario, ni una triste regleta en la que enchufarnos. Así que quedó bastante claro.

Allí tocamos con No Komply, grupo que venía desde la cercana localidad de Zalla. Después hizo aparición Xikinkei, que venían de Donosti.


Delito y Medio junto a los amigos de Balmaseda.

La sala no estaba precisamente llena, así que hicimos bien en terminar haciendo allí el concierto en lugar de en la calle. Al acabar el bolo no se hizo muy tarde y nos recogimos para escondernos en el Txoko de Asier, seguir allí la fiesta y a dormir unas cuantas horas más tarde. También tuvimos tiempo de joderle el rollo a unos copropietarios del txoko, que vinieron a pasar la noche y se encontraron con cinco tipos durmiendo allí (qué susto, qué susto).

Y al día siguiente, otra vez para los Madriles. Palizón de viaje pero lo pasamos genial. De todas formas, nos dio tiempo a hacer el gilipollas por el camino...