lunes, 6 de septiembre de 2010

Móstoles y Sigueruelo (o cómo tocar con un dedo tajao y no cagarla en el intento).

Esta entrada nos la sirve Nacho, ya que las pasamos putas -y él peor- durante ese finde.


El 18 de Junio tocaba liarla en Móstoles junto a La Madre y Envidia Kotxina, el 19 el asunto era en Sigueruelo (Segovia) junto a San Blas Posse, Sublevados y Zutik, pero tenemos que remontarnos unos días atrás, que es donde empieza el cachondeo.

Estaba yo una noche haciendo la cenita en casa cuando me creí un Arguiñano cualquiera y el resultado fue aplastante: Tajo en la yema del pulgar de la mano izquierda, séis puntitos de sutura en urgencias.

Y entonces lo típico: “¿Pero, vamos a tocar? ¿Qué coño estabas haciendo, alma de cántaro?, Pónte aloe vera que va cojonudo, Eres un manazas, colega” y un montón de muestras de afecto generalizadas. Al final mi dedo me dijo que me dejara de chorraditas, que nos íbamos a tocar, y si el dedo lo dice, va a misa.

En Móstoles nos presentamos el viernes, betadine y vendas incluídos. Estuvimos
varias horas antes del comienzo pero no hubo manera de poder probar. La gente de la organización nos dijo que los de la sala habían tenido muchos problemas con el sonido y los subgraves y se nos echó el tiempo encima. Bueno, en peores campos hemos jugado. Ninguno de los tres grupos conseguimos sonar en condiciones, para qué engañarse, pero por lo menos conseguimos que la sala tuviera mucha gente y la organización sacó dinero para una plataforma de ayuda a Haití, que al final era para lo que estábamos allí. Yo, la verdad, ni me enteré del concierto, bastante tenía con aguantarme cada vez que el sudor (que había empapado la venda) se me metía en el tajo, una sensación maravillosa, creedme.

Foto:Nuria López

Al día siguiente fuimos a Sigueruelo, donde nos tratan mejor que en casa cada vez que alguno aparece por allí, y la cosa cambió bastante. Prueba de sonido, prueba de cerveza, enorme la cena que nunca agradeceremos lo suficiente a Lorena, casa rural junto a los vascos Zutik (ya la hemos liao), todo en su sitio, todo perfecto. Nos desquitamos del día anterior. Nos salió un concierto de esos que cuando te bajas del escenario dices “Jooooder, que bolazo” y cuando te pasa eso mola mogollón. Nos hicimos el repertorio completo, cosa que parece que últimamente está complicado.

Mención aparte merece el momento antes de que Mitxi subiera a tocar una canción con San Blas Posse. Allí estaba el chaval, detrás del escenario afinando la guitarra antes de subir, cuando apareció Iñaki (guitarrista de Sioux) y le gritó “Eh, Tu!!! Que afinar es de cobardes!!” Simplemente enorme.

Mil gracias a toda la gente de Sigueruelo que se curró un festi cojonudo, como siempre, y pedazo de fotos que nos hizo Iván (nota de David: en breve estarán en la web).


Después de los conciertos y del cierre de la barra nos fuimos a la casa rural, donde a alguno se le olvidó dormir mientras arreglaba el mundo, o simplemente se descojonaba de risa dificultándole el sueño a Ibán (bajista de Zutik y Sioux) que andaba por allí tirado en un sofá, quizá incapaz de subir a la cama del piso de arriba.

Y al día siguiente lo que siempre toca, caminito a Madrid, descarga en el local, duchita y a la cama, que ya estamos mayores y el fin de semana siguiente tocaba lo que al final podría ser perfectamente un episodio de “El último superviviente”, Aranguren y Hortaleza, pero eso ya es otra historia…